Un 24 de marzo de 1832 una muchedumbre atacó al profeta José Smith, lo golpearon, y atentaron con su vida dos veces. A continuación el relato de una especialista en el tema y que nos explica detalles interesantes al respecto.
Antiguamente, antes de que existieran tuberías y desagües, la estrategia de un hombre para salir de casa y encontrarse con sus amigos para una noche de acoso y caos era fingir estar enfermo y pasar la noche en la letrina.
Una vez afuera, los hombres se vestían con la ropa que ocultaron brevemente y se reunían a las afueras de la ciudad.
Eso fue lo que ocurrió la noche del 24 de marzo de 1832, cuando una turba de 60 hombres intentó castrar (sí, así como lo lee), envenenar al profeta José Smith y también aplicar brea caliente para luego cubrirlo con plumas, explicó Susan Easton Black, profesora emérita de Doctrina e Historia de la Iglesia de la Universidad Brigham Young.